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miércoles, 21 de abril de 2010

Un poema de Alicia

 Foto: Una imagen de Román Porras


La mujer se alejó del bosque.



Allí había volado sobre el azufre de las coníferas

Cavado las tumbas de las semillas viejas

Había bebido a cuatro patas en el arroyo

y copulado con los mastines del amo

En el centro del Bosque

geostáticamente localizada por las mujeres del pueblo

Allí ingirió hongos hasta convertirse en piedra

Fósil de cuentos y maitines

Lazo rojo en las cunas de los bebés muertos

Habló con Dios hurgando en la tierra de soledades

Pintó helechos, sus fosas, en pieles de murciélago incineradas

Se tatuó una abeja en su pecho cíclope

Y sintió miedo sólo durante el día



La mujer se alejó del bosque

arrastrando los pies con agujas trenzadas

En la ciudad siguió caminando...

Semáforos con copa y sin raíces

Animales con gafas, plantas de cuatro tallos

Cada día amanecía seis veces

Seis veces mojaba su cuerpo bajo la ducha

y se torutaba los tobillos con un punzón

y entre los dedos llevaba siempre el filo de una lata

Seis veces cambiaba su vestido, sus botas, sus medias

Seis veces se maquillaba.

En el espejo, sólo agua: condensación de vacíos

La raya de los labios, negra, dura, límite del tiempo

Seis veces se peinaba con sumo cuidado


La mujer que abandonó el bosque no encontró al hombre en la ciudad

Por Alicia Martínez

Foto: Román Porras

2 comentarios:

  1. Bravo!

    Muy muy muy muy bueno el texto, Alicia.

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  2. ¿cuántas veces habremos de ir del bosque a la ciudad? y por seis o nueve veces buscarnos sin hallarnos...siempre quedará regresar a la espesura.

    imagen poderosa del inconsciente, ese bosque, la mujer y la tumba de los niños muertos, la mujer que sólo allí hablará con Dios.

    me gusta, ali, este poema que aúlla.

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